Buscar fuentes imparciales e independientes de información, manteniendo una actitud especialmente cauta frente a aquella difundida por partes interesadas en aumentar la venta de medicamentos y otros tratamientos.
La mayor parte de la investigación en medicina es financiada por la industria farmacéutica. Se ha observado que estos estudios llegan sistemáticamente a resultados positivos y tienden a sobreestimar los beneficios de los fármacos estudiados así como subestiman los efectos adversos, a través de diversos sesgos metodológicos. Junto con esto, existe un sesgo de publicación, por lo que resultados negativos rara vez se publican, quedando habitualmente fuera del alcance de los médicos que se informan a través de representantes de la industria.